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Perspectivas económicas regionales para MENA - Septiembre de 2025

En busca de refugios seguros en una región dividida
9 Sep 2025

Oriente Medio y Norte de África (MENA) ha atravesado momentos difíciles en los últimos dos años, pero hay luz al final del túnel. Aunque la guerra de Gaza sigue en pleno apogeo, Israel ha establecido acuerdos de alto el fuego con Hezbolá e Irán, lo que limita el riesgo de una escalada regional. Los ataques hutíes a buques en la ruta del Mar Rojo y el Golfo de Adén son menos frecuentes y más selectivos que antes. La producción de petróleo se está recuperando tras un periodo de moderación desde el auge del mercado petrolero en 2022. Además, la moderación de la inflación y los recortes de los tipos de interés estimularán el gasto de los hogares en toda la región. Como resultado, el crecimiento real del PIB en la región MENA casi se duplicará, pasando del 2,0 % en 2024 al 3,3 % en 2025 y al 3,8 % en 2026. Sin embargo, la región sigue dividida, tanto en el sentido geopolítico como en términos de potencial de crecimiento económico. Un posible fracaso de la reanudación de las negociaciones sobre un acuerdo nuclear con Irán podría dar lugar a una nueva intervención militar de Israel y Estados Unidos, sobre todo dada la incertidumbre sobre las capacidades y ambiciones nucleares que aún tiene Irán. En el frente económico, los países exportadores e importadores de petróleo se enfrentan a retos diferentes. Los países exportadores de petróleo tendrán el viento a favor. Con la reversión de los recortes en la producción de petróleo, seguirán invirtiendo en la diversificación económica. Para ellos, la pregunta clave es si este impulso se podrá mantener una vez que los precios del petróleo bajen aún más después de 2027/28. Por el contrario, los países importadores de petróleo altamente endeudados tienen un margen fiscal limitado para realizar inversiones que fomenten el crecimiento. Se necesitan reformas fiscales, pero el persistente malestar social lo impide.

La región MENA está preparada para un notable resurgimiento económico, superando a todas las demás regiones del mundo. Entre 2024 y 2026, se prevé que el crecimiento real del PIB casi se duplique, alcanzando un impresionante 3,8 %. Si bien este aumento está relacionado en gran medida con la dinámica del mercado petrolero, también subraya la resiliencia de la región MENA ante las crisis externas. La región ha sido la menos afectada por las tensiones comerciales mundiales y las repercusiones de las zonas de conflicto en su propio territorio se han mantenido bajo control.

En los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), el crecimiento no petrolero es sólido y está impulsado por las reformas, con Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos a la cabeza de los ambiciosos esfuerzos de diversificación del bloque. A pesar de la bajada de los precios del petróleo, los gobiernos han conservado el margen fiscal para seguir invirtiendo, gracias al bajo nivel de deuda pública, los considerables fondos soberanos y los continuos esfuerzos por movilizar fuentes de ingresos no petroleras. La reputación de la región como refugio seguro no se ve afectada por la elevada turbulencia regional. El aumento de los niveles de inversión extranjera directa proporciona un impulso financiero adicional a su agenda de transformación.

Por el contrario, las economías importadoras de energía de Oriente Medio y Norte de África están experimentando una recuperación más cíclica e impulsada por el consumo, favorecida por la bajada de los precios del petróleo, la moderación de la inflación y la caída de los tipos de interés. Sin embargo, la inversión se ve frenada por el limitado margen fiscal, los desequilibrios macroeconómicos y la incertidumbre política, mientras que las tensiones socioeconómicas obstaculizan las reformas. Para impulsar un crecimiento más sólido se requieren reformas fiscales favorables al crecimiento y marcos políticos más sólidos. Marruecos ofrece un modelo prometedor, que combina una consolidación fiscal gradual con asociaciones público-privadas para impulsar la inversión en sectores estratégicos. Egipto podría seguir su ejemplo alineando la estabilización macroeconómica respaldada por el FMI con un ambicioso programa de privatizaciones.

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Para obtener una visión general completa de nuestras perspectivas para Oriente Medio y el norte de África, así como de sus esfuerzos por impulsar la resiliencia en un contexto de creciente volatilidad global, descargue el informe completo disponible en la sección de documentos relacionados más abajo.

Summary

Auge económico: el crecimiento real del PIB de la región MENA se duplicará hasta alcanzar el 3,8 % en 2026, impulsado por la dinámica del mercado petrolero y la resiliencia ante las crisis externas.

Los exportadores de petróleo están invirtiendo en la diversificación económica, mientras que los importadores de petróleo se ven limitados por un espacio fiscal reducido y el malestar social.

Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos lideran ambiciosos esfuerzos de diversificación, respaldados por una deuda pública baja, fondos soberanos considerables y una inversión extranjera directa en aumento.

 

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