El crecimiento global en 2025 ha sido sorprendentemente resiliente, impulsado por un auge sin precedentes en la inversión relacionada con la IA, especialmente en Estados Unidos. A pesar de las persistentes tensiones comerciales y la incertidumbre política, los flujos masivos de capital hacia la infraestructura de IA (centros de datos, chips y mejoras de energía) han impulsado significativamente la actividad económica. Se espera que este aumento en la inversión en IA continúe, aunque a un ritmo más lento, hasta 2026, enmascarando algunos de los efectos negativos de la guerra comercial y apoyando el crecimiento del PIB mundial.
Se prevé que el crecimiento del PIB mundial se modere al 2,6 % en 2026 y se recupere ligeramente al 2,8 % en 2027. Se espera que Estados Unidos mantenga un crecimiento cercano al 2,0 % en ambos años, mientras que Asia emergente se mantiene a la cabeza del crecimiento mundial, aunque a un ritmo ligeramente inferior. Se proyecta que la eurozona experimente un crecimiento moderado, del 0,9 % en 2026, y una leve recuperación al 1,6 % en 2027. Se prevé que América Latina y Europa emergente se mantengan en torno al 2 % de crecimiento.

Se espera que el crecimiento del comercio mundial, tras un repunte temporal en 2025, se desacelere drásticamente. Se estima que el comercio creció un 3,5 % en 2025, impulsado por la distribución anticipada de productos y los bienes relacionados con la IA, pero se prevé que se estanque en 2026 antes de recuperarse a alrededor del 2 % en 2027. El impacto de la guerra comercial, aunque menos intenso de lo que se temía inicialmente, sigue lastrando las perspectivas, ya que los aranceles y la incertidumbre están reduciendo el volumen comercial, especialmente entre América del Norte y Asia.
Las economías avanzadas se encaminan a un crecimiento moderado, con una divergencia creciente. La economía estadounidense se mueve en dos direcciones: la robusta inversión impulsada por la IA contrasta con el debilitamiento del impulso de la economía real en general. El crecimiento de la eurozona se sustenta en la resiliencia del sector servicios y en países seleccionados como España, pero la expansión general sigue siendo modesta debido a la debilidad de la confianza del consumidor y la inversión.
Las economías de mercados emergentes (EME) se mantienen más resilientes, pero se enfrentan a dificultades. Se prevé que las EME crezcan un 4,0 % en 2026 y un 4,1 % en 2027, con India a la cabeza con un crecimiento superior al 6 %. Se espera que el crecimiento de China se desacelere por debajo del 5 % a medida que se desvanece el impulso exportador y persisten los desafíos estructurales. Muchas EME se benefician de la integración en las cadenas de valor de la IA, pero también están expuestas a la volatilidad comercial estadounidense, los mayores costes de financiación y la incertidumbre financiera global.
Una fuerte caída de la confianza en los beneficios futuros de la IA podría provocar un final abrupto del actual auge inversor, lo que resultaría en un estallido pronunciado de la burbuja de la IA. En este escenario negativo, las acciones tecnológicas estadounidenses caerían alrededor de un 25%, lo que provocaría una pérdida significativa de patrimonio familiar y una fuerte desaceleración del gasto de consumo y la inversión corporativa, especialmente en el sector tecnológico. Las exportaciones disminuirían, la confianza empresarial se deterioraría a nivel mundial y el endurecimiento de las condiciones financieras amplificaría el impacto. El dólar estadounidense se depreciaría aún más y la Reserva Federal se vería obligada a responder con nuevos recortes de tipos. Esto reduciría el crecimiento del PIB mundial en 2026 y 2027 en 1,4 puntos porcentuales. El impacto sería más severo para EE. UU. y los principales exportadores de tecnología de Asia-Pacífico, pero las repercusiones afectarían a todas las regiones.

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- El crecimiento mundial se mantiene resiliente en 2025, impulsado por un aumento en la inversión en IA, incluso mientras persisten las tensiones comerciales y la incertidumbre. Se prevé que el crecimiento se modere ligeramente en 2026, lastrado especialmente por las economías avanzadas.
- Los mercados emergentes son más resilientes, pero aún enfrentan la volatilidad de las políticas comerciales y la incertidumbre financiera global.
- Los riesgos siguen siendo altos: una caída drástica de la confianza en la IA podría desencadenar una recesión mundial, con EE. UU. y Asia-Pacífico como las regiones más expuestas.