
El comercio mundial se sustenta en cadenas de suministro interconectadas y de gran alcance que han impulsado el crecimiento económico durante décadas. La eficiencia ha sido el principio rector: inventarios justo a tiempo, logística ágil y redes de producción perfectamente sincronizadas que se extienden por todas las economías. Para las empresas, esto ha supuesto una reducción de los costes, una innovación más rápida y el acceso a los mercados mundiales.
Pero también ha creado fragilidad. Los cuellos de botella en las rutas marítimas mundiales, la escasez de componentes críticos o los cambios repentinos en las políticas comerciales pueden afectar a sectores e industrias enteros. Una sola interrupción en una región puede tener consecuencias de gran alcance. Lo que antes parecía resiliencia gracias a la escala, ahora revela una fragilidad sistémica debido a la interdependencia global.
El entorno geopolítico amplifica esta situación. La pandemia de COVID-19 puso de relieve la vulnerabilidad de las cadenas de suministro globales, pero sus repercusiones se han visto agravadas por las guerras en Ucrania y Oriente Medio, la escalada de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, las barreras arancelarias y las restricciones comerciales. La suposición de que los bienes, el capital y la información circularían libremente se ha visto trastocada.
Las interrupciones en la cadena de suministro son la nueva normalidad
Las interrupciones en la cadena de suministro ya no son ocasionales, sino que se han convertido en algo sistémico, integrado en el funcionamiento de los sistemas globales. Ningún sector o industria es inmune. La automoción y la electrónica se enfrentaron a graves tensiones cuando las restricciones a la exportación de tierras raras y chips avanzados presionaron a los subcontratistas, atrapados entre el aumento de los costes y los contratos fijos. A medida que estas empresas quebraron, sus socios perdieron tanto sus cuentas por cobrar como su capacidad de producción.
Las cadenas de suministro alimentario revelaron vulnerabilidades similares a nivel mundial. La guerra en Ucrania bloqueó las exportaciones de trigo y fertilizantes en 2022/2023, lo que provocó un aumento de los precios para los importadores. Los procesadores y comerciantes locales, incapaces de repercutir el aumento de los costes, incumplieron sus obligaciones, lo que provocó una onda expansiva financiera en los mercados regionales.
Las barreras arancelarias, las sanciones y las prohibiciones de exportación pueden aparecer de la noche a la mañana. El impacto financiero en las empresas puede ser extremadamente grave y puede derivar rápidamente en insolvencia.
La búsqueda de la resiliencia
Para gestionar las interrupciones en la cadena de suministro y mitigar las dificultades financieras, las empresas están adoptando una serie de estrategias viables. Entre ellas se incluyen la diversificación de proveedores y la localización de la producción cuando sea posible. Algunas están recurriendo al «friend-shoring», es decir, la creación de redes en economías alineadas. Las herramientas digitales también están ayudando a las empresas a identificar vulnerabilidades y anticipar crisis. Sin embargo, estas estrategias pueden conllevar importantes compensaciones. La diversificación de proveedores puede reducir la eficiencia y aumentar la complejidad.
Mantener un inventario adicional inmoviliza el capital circulante y aumenta los costes de almacenamiento. El «nearshoring» o la «reshoring» suelen exigir una inversión inicial considerable en infraestructura y mano de obra. Por lo tanto, los ajustes operativos por sí solos no son suficientes. Las cadenas de suministro globales son demasiado complejas para ser totalmente a prueba de crisis. Una guerra, un arancel o un desastre natural pueden seguir afectando a un eslabón crítico. El verdadero reto para las empresas no es evitar por completo las interrupciones, sino cómo evitar que estas se conviertan en problemas financieros o incluso en el fracaso del negocio.
El seguro de crédito, un colchón financiero contra las perturbaciones
En un mundo en el que los impagos se ven cada vez más provocados por crisis geopolíticas y cadenas de suministro frágiles, el seguro de crédito puede actuar como un colchón financiero clave, que a menudo marca la diferencia entre la resiliencia y la insolvencia. El seguro de crédito compensa a las empresas cuando los clientes no pagan, preservando la liquidez cuando más importa. Actúa como un sistema de alerta temprana, con las aseguradoras supervisando a las contrapartes en todo el mundo. Además, también puede reforzar el acceso a la financiación, ya que los bancos consideran las cuentas por cobrar aseguradas como garantías más seguras.
Ningún seguro puede reparar una cadena de suministro rota, pero el seguro de crédito puede ayudar a las empresas a convertir la incertidumbre sistémica en un riesgo financiero gestionable. En un mundo de riesgos geopolíticos continuos y vulnerabilidades en la cadena de suministro, el seguro de crédito debe considerarse menos como una compra defensiva y más como una herramienta estratégica para la resiliencia.
Para descubrir cómo estos conocimientos pueden reforzar su propia estrategia de riesgo crediticio, póngase en contacto con nosotros y le mostraremos cómo podemos ayudarle a mantenerse a la vanguardia.
- Las cadenas de suministro globales son cada vez más frágiles, con tensiones geopolíticas, barreras comerciales y crisis inesperadas que provocan tensiones financieras generalizadas en todos los sectores.
- Las interrupciones son ahora sistémicas, no ocasionales, y afectan a sectores que van desde la electrónica hasta la alimentación, lo que a menudo provoca impagos, pérdidas de cuentas por cobrar y paradas de producción.
- Las estrategias operativas por sí solas no son suficientes: la diversificación, la deslocalización cercana y las herramientas digitales ayudan, pero tienen sus inconvenientes y no pueden eliminar por completo el riesgo.
- El seguro de crédito ofrece un importante colchón financiero, protegiendo el flujo de caja, facilitando el acceso a la financiación y ayudando a las empresas a mantener su resiliencia cuando se producen perturbaciones.